El año económico 2023, perspectivas para la industria del reciclaje en Chile

El reciclaje en 2023

Alejandro Hernández Toro, experto en reciclaje, comenta cuáles son los principales elementos que influyen en el desarrollo de esta actividad tan importante para el país y para el planeta.

El reciclaje es una actividad que contribuye a la protección del medio ambiente, al ahorro de recursos naturales y a la generación de empleo e ingresos. 

Sin embargo, en Chile el reciclaje aún tiene un bajo desarrollo, ya que solo se recupera el 10% de los residuos sólidos que se generan en el país. ¿Qué factores explican esta situación y qué perspectivas hay para el futuro?

Según indica el experto en reciclaje, Alejandro Hernández Toro, hay coyunturas económicas que entran en este análisis: “Este año 2023 está siendo, en lo económico, un año marcado por la contracción económica derivada, por una parte, de los necesarios ajustes efectuados para contener la inflación, que alcanzó un 2,5% acumulado en julio, y por otra, de factores externos e internos que han influido en menores tasas de crecimiento y actividad económica en general”, explica.

Por ejemplo, el IMACEC (Índice Mensual de Actividad Económica) cayó un 1,1% en junio, el consumo de los hogares disminuyó un 6,1% en los últimos doce meses y la formación bruta de capital (inversión) disminuyó un 8,1% en el mismo periodo.

Para Hernández, este escenario también ha repercutido y está repercutiendo en la industria del reciclaje, actividad que depende principalmente de la generación de excedentes generados de la actividad industrial, la construcción y el consumo de bienes, entre otros. 

El impulso de la normativa ambiental

Por otro lado, si bien es cierto el escenario actual se ve influido por estos factores, se mira con optimismo y expectación el futuro, ya que los cambios normativos que están entrando en vigencia, específicamente el reglamento que fija las metas de recolección y valorización de envases y embalajes, establecido en la Ley REP (Responsabilidad Extendida del Productor), permiten augurar un auge de la actividad del reciclaje en Chile.

La ley REP es una ley marco que tiene como objetivo disminuir la generación de residuos y fomentar su reutilización, reciclaje y otro tipo de valorización con el fin de proteger la salud de las personas y el medio ambiente. 

Esta establece que los productores o importadores de productos prioritarios son responsables de la organización y financiamiento de la gestión de los residuos derivados de sus productos. 

Los productos prioritarios son neumáticos, envases y embalajes, aceites lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos, pilas y baterías. Además, se establece un régimen especial para la declaración de diarios, periódicos y revistas.

El reglamento que regula los envases y embalajes establece metas progresivas de recolección y valorización para los productores o importadores de estos productos. Estas metas varían según el material (plástico, papel y cartón, metal o vidrio) y según el tipo de residuo (domiciliario o industrial). 

“Por ejemplo, para el año 2026 se deberá recolectar el 80% de los neumáticos comunes y valorizar el 60%. Para cumplir estas metas, los productores o importadores deberán conformar sistemas de gestión que se encarguen de implementar las acciones necesarias para recolectar y valorizar los residuos”, señala Hernández Toro.

El rol de los actores sociales

La entrada en vigencia del reglamento implica un desafío para todos los actores involucrados en la gestión de residuos: productores o importadores, sistemas de gestión, gestores de residuos, comercializadores industriales o domiciliarios, municipalidades y ciudadanía. Todos ellos deberán adaptarse a las nuevas exigencias legales y contribuir al cumplimiento de las metas establecidas: 

  • Los productores o importadores deberán inscribirse en el Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes (RETC) del Ministerio del Medio Ambiente, declarar la cantidad y tipo de productos que ponen en el mercado, adherirse a un sistema de gestión o crear uno propio, y pagar una tasa por la gestión de los residuos.
  • Los sistemas de gestión deberán obtener una autorización del Ministerio, implementar un plan de operación que contemple las acciones de recolección y valorización de los residuos, informar periódicamente sobre el cumplimiento de las metas, y realizar campañas de educación y difusión para fomentar la participación ciudadana.
  • Los gestores de residuos deberán contar con una resolución sanitaria que los habilite para realizar las actividades de almacenamiento, transporte, tratamiento o disposición final de los residuos, y reportar al sistema de gestión al que pertenecen la cantidad y tipo de residuos que manejan.
  • Los comercializadores industriales o domiciliarios deberán entregar los residuos a los sistemas de gestión autorizados, separando los envases y embalajes según su material, y facilitar el acceso a los puntos limpios o contenedores dispuestos para la recolección.
  • Las municipalidades deberán adecuar sus planes de gestión de residuos sólidos a la normativa vigente, coordinarse con los sistemas de gestión para la instalación y operación de los puntos limpios o contenedores, fiscalizar el cumplimiento de las obligaciones de los actores locales, y promover la educación ambiental y la participación ciudadana.
  • La ciudadanía deberá adoptar hábitos de consumo responsable, reducir la generación de residuos, separar los envases y embalajes según su material, y entregarlos en los puntos limpios o contenedores habilitados para su recolección.

Alejandro Hernández: El cambio cultural necesario

director comercial Norte Verde SpA

Según comenta Alejandro Hernández, la implementación exitosa del reglamento requiere no solo del compromiso y la colaboración de todos los actores involucrados, sino también de un cambio cultural que permita valorar los residuos como recursos y no como desechos. 

“Este cambio implica reconocer el impacto ambiental y social que tiene nuestra forma de consumir y desechar los productos, y asumir nuestra responsabilidad individual y colectiva en la gestión de los residuos”, manifiesta.

Para lograr este cambio cultural, el experto establece que se requiere de una educación ambiental que promueva la conciencia ecológica, el desarrollo sustentable y la economía circular. 

“También se requiere de una comunicación efectiva que informe sobre los beneficios del reciclaje, las obligaciones legales vigentes, las formas de participar en el proceso, y los resultados obtenidos. Finalmente, se requiere de una motivación e incentivos que estimulen el cambio de actitudes y comportamientos hacia el reciclaje”, concluye Hernández Toro.

Sin duda, el reciclaje en Chile es una actividad con un gran potencial de desarrollo, que enfrenta importantes desafíos pero también ofrece grandes oportunidades. La entrada en vigencia del reglamento que regula los envases y embalajes es un hito histórico que marca un antes y un después en la gestión de los residuos en el país. 

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