El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de abril ha registrado un incremento mensual de 0,2%, según el informe reciente del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), publicado este jueves. Este leve aumento se traduce en un crecimiento acumulado del 2,2% en lo que va del año y un 4,5% en comparación con el mismo mes del año anterior. La cifra presentada ha sorprendido al mercado, que había anticipado un consenso de incremento de alrededor del 0,3%, y algunos analistas incluso estimaban un aumento del 0,4%. Este desvío hacia la baja sugiere una posible desaceleración en la presión inflacionaria que había sido esperada en abril.
En el análisis detallado de los componentes que conforman la canasta del IPC, se observó que nueve de las trece divisiones contribuyeron positivamente a la variación del mes. Entre estas, se destacaron los bienes y servicios diversos, que experimentaron un aumento del 1,2%, aportando 0,044 puntos porcentuales al índice. Dentro de esta categoría, los productos de cuidado personal y las joyas mostraron incrementos significativos, con alzas de 1,4% y 5,9% respectivamente, lo cual recalca el consumo en servicios y artículos de lujo a pesar del entorno económico incierto.
Otro de los sectores que mostró un desempeño notable fue el de vivienda y servicios básicos, donde los arriendos aumentaron un 0,4%, contribuyendo con 0,032 pp. al incremento mensual del IPC. Además, los materiales de mantenimiento de la vivienda vieron un alza del 1,3%, lo que refuerza la tendencia de investimentos en mejorar o conservar los hogares. Sin embargo, a pesar de estas alzas, los gastos comunes también destacaron con un incremento del 0,7%, indicando que los costos de vivir continúan sintiéndose en el presupuesto diario de los hogares.
No obstante, el informe también reveló caídas relevantes en otras categorías, como el vestuario y calzado, que descendió un 2,0% en abril, restando 0,054 pp. al índice general. Este descenso fue impulsado principalmente por la baja de precios en vestuario, que cayó un 2,2%, y calzado, que bajó un 1,2%. Productos específicos como las zapatillas para mujer y la ropa femenina vieron retrocesos significativos, lo que podría indicar una variación en las tendencias de consumo, con los consumidores posiblemente ajustando sus gastos en un contexto inflacionario.
En términos de precios específicos que impactaron el IPC de abril, los tomates lideraron con un aumento del 7,1%, mientras que los automóviles nuevos y los alimentos consumidos en restaurantes también contribuyeron positivamente con incrementos menores. En contraposición, la gasolina y las bebidas gaseosas fueron los principales responsables de las reducciones en el índice, con caídas de 1,2% y 3,4% respectivamente. El IPC excluyendo alimentos y energía mostró un alza del 0,4%, lo que apunta a una estabilización en precios no volátiles. El informe completo del INE reafirma la importancia de este indicador como reflejo de la realidad económica de los hogares chilenos, cuya vida cotidiana es afectada por las fluctuaciones de precios.