El principal candidato presidencial de Argentina, Javier Milei, se comprometió a cerrar el banco central de la nación y dijo que hará todo lo posible para evitar el incumplimiento en el pago de la deuda soberana del país si gana las elecciones de octubre.
Milei, un libertario radical cuya sorpresiva victoria en las elecciones primarias del domingo agitó a los mercados, dijo a Bloomberg News que su audaz ajuste fiscal impulsará la reputación y el perfil crediticio de Argentina, haciendo innecesario el default.
Su plan incluye recortar el gasto en al menos 13% del Producto Interno Bruto antes de mediados de 2025, reduciendo drásticamente las obras públicas y la cantidad de ministerios, y eliminando los subsidios y las restricciones de capital, lo que permitiría a las empresas realizar transacciones en dólares estadounidenses. Más drásticamente, también planea cerrar el banco central, que dijo “no tiene razón de existir”, y dolarizar la economía de US$ 640 mil millones.
“Haré todo lo posible para evitar un incumplimiento, obviamente”, dijo Milei en una entrevista de dos horas en Buenos Aires este miércoles. “Si haces el ajuste fiscal que se necesita, el financiamiento estará ahí”.
Ola vendedora
Los activos de Argentina sufrieron una ola vendedora después de que Milei, un outsider que pocos inversionistas veían como un serio contendiente hasta ahora, salió favorecido en las primarias, consideradas como un barómetro para las elecciones presidenciales en un país donde las encuestas son notoriamente poco confiables. La liquidación obligó al gobierno a devaluar su tipo de cambio oficial estrictamente controlado en 18% cuando los mercados abrieron el lunes.
Los bonos del país reaccionaron este miércoles después de la entrevista. Los valores con vencimiento en 2030 bajaron 0,2 centavos a 31,4 centavos por dólar en su cuarto día de pérdidas, mientras que los bonos con vencimiento en 2046 subieron. El peso se hundió hasta 4% en los mercados paralelos a alrededor de 710 pesos por dólar, un mínimo histórico.
En la primera entrevista con medios extranjeros después de su inesperada victoria, Milei detalló su plan de cambiar el peso argentino por el dólar estadounidense como una forma de reducir la inflación que está en 113%, y aumentó sus críticas al banco central, al que llamó “la peor basura que existe en esta Tierra”.
“Los bancos centrales se dividen en cuatro categorías: los malos, como la Reserva Federal; los muy malos, como los de América Latina; los terriblemente malos; y el Banco Central de la Argentina”, dijo.
Si Milei gana la presidencia, planea entregar las llaves del banco central al economista Emilio Ocampo, su asesor informal en el programa de dolarización, para que lo cierre. Ocampo también ayudará en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que tiene un programa de US$ 44 mil millones con la nación sudamericana. El candidato dice que no tiene planes de pedir más dinero al FMI.
“Un déficit fiscal es inmoral”, dijo Milei. “Si vives continuamente con un déficit fiscal, vas a ser insolvente”.
Milei dijo que ya ha desarrollado un plan para dolarizar la economía, una medida que promete sería una de sus primeras en caso de que gane las elecciones del 22 de octubre. Argentina seguiría el modelo de El Salvador, permitiendo a las personas elegir voluntariamente entre monedas. Una vez que se conviertan dos tercios de la base monetaria, la economía se dolarizaría por completo, dijo.
“Si nadie quiere tener pesos en Argentina, la pregunta es ¿cuánto valen los pesos en términos reales? Nadie los quiere, no estamos hablando de agua en medio del desierto. Estamos hablando de algo que nadie quiere”, dijo Milei.
El otrora congresista obtuvo más votos que la coalición proempresarial encabezada por Patricia Bullrich y el bloque peronista gobernante del ministro de Economía, Sergio Massa, sorprendiendo a los encuestadores que esperaban que quedara en tercer lugar. Los inversionistas están preocupados de que el país se dirija a su cuarta renegociación de la deuda en las últimas dos décadas.
Apoyo y referendos
Una de las principales preocupaciones de los mercados es que Milei, un extraño en el ámbito político, no podría obtener respaldo para sus planes. El candidato, que no rehúye criticar a los políticos que dice han estado robando a los argentinos durante décadas, dijo que convocaría referéndums si no logra un consenso legislativo para aprobar sus medidas.
“Si reduzco el riesgo cambiario y reduzco el riesgo crediticio, eso significa que el riesgo país se desplomará. Significa que los bonos literalmente van a volar”, dijo. “La verdad es que es un intercambio bastante simple. O, si compra y mantiene, por ejemplo, los rendimientos en un año serían superiores al 200%”.
El principal candidato presidencial, además, presentó su visión en el ámbito de la política externa, donde dijo que congelaría las relaciones con China y sacaría a la segunda economía más grande de América del Sur del bloque comercial Mercosur con Brasil.
“La gente no es libre en China, no puede hacer lo que quiere y cuando lo hace, la matan”, dijo a refiriéndose al gobierno de Beijing. “¿Comerciarías con un asesino?”
En su negativa general a hacer cualquier tipo de negocio con “socialistas”, agrupó a la China comunista en la misma categoría que el mayor socio comercial de Argentina, Brasil, dirigido por el presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva. China es el segundo mayor comprador de exportaciones argentinas y proporciona una línea de canje crucial de US$ 18 mil millones con el banco central que se utiliza para pagar al FMI.
Milei describió sus propuestas de política exterior como una “lucha global contra socialistas y estatistas”, y reveló que nombraría a Diana Mondino, una asesora económica de confianza, como su principal diplomática. Es exdirectora de Standard & Poor’s para Argentina y se postula para el Congreso.
De todos modo, aclaró que le corresponde al sector privado decidir si mantiene relaciones comerciales con China y otros países. “No tengo que involucrarme, pero no promoveré lazos con quienes no respetan la libertad”, dijo, y agregó que respetaría los acuerdos ya firmados en Argentina por empresas chinas, que incluyen un contrato para construir represas en la Patagonia y un acuerdo para instalar una planta nuclear.
Donald Trump y EEUU
El mayor beneficiario geopolítico de la ideología de Milei sería claramente Estados Unidos. Insistió en que trabajaría con cualquier presidente elegido en 2024, independientemente de sus tendencias políticas, aunque tiene preferencia por un conservador.
En este momento, Donald Trump está al frente en las encuestas para asegurar la nominación republicana, pero Milei no está especialmente interesada en que lo comparen con el expresidente de los Estados Unidos. Cuando se le preguntó si le gustaría que Trump regresara a la Casa Blanca, dijo con cautela: “Eso lo deben decidir los estadounidenses”.
“Puede que me guste más el perfil de los republicanos que el de los demócratas, pero eso no significa que no considere a Estados Unidos como nuestro gran socio estratégico”, dijo. Mientras tanto, ha puesto en guardia a Lula, al mexicano Andrés Manuel López Obrador, al chileno Gabriel Boric y al colombiano Gustavo Petro, los izquierdistas que dirigen las principales economías de América Latina. Consultado sobre cómo serían sus relaciones con ellos, dijo: “No tengo socios socialistas”. Mientras tanto, su relación con el antecesor de Lula, Jair Bolsonaro, es “excelente”.
Milei es un duro crítico de la alianza comercial que Argentina fundó con Brasil, Paraguay y Uruguay hace más de tres décadas. El grupo, acosado por divisiones internas, ha tenido problemas para implementar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, pactado hace cuatro años.
“El Mercosur es una unión aduanera de mala calidad que genera distorsiones comerciales y perjudica a sus miembros”, dijo.
Como era de esperar, Milei fue igualmente crítico con Nicolás Maduro de Venezuela, a quien llamó “dictador”, así como con los gobiernos de Nicaragua, Cuba, Corea del Norte y Rusia. Argentina volvería a condenar a Venezuela por su violación de los derechos humanos si es elegido presidente, dijo Milei, volviendo a la política de línea dura que tuvo el país hasta 2019 con el presidente Mauricio Macri.