Inflación en Chile: Caída Sorpresiva del IPC en Junio

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El último informe del Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente al mes de junio ha dejado a muchos analistas sorprendidos, al revelar una caída del 0,2%, en contraste con las expectativas del mercado que pronosticaban un aumento del 0,1%. Este descenso se debe, en gran medida, a la disminución de los precios en el sector energético, particularmente en los combustibles, que han sido un factor determinante en la tendencia inflacionaria. Sin embargo, es importante destacar que el descenso en la inflación no se limita a un solo sector, sino que ha mostrado un avance más amplio y generalizado.

Examinando el índice subyacente, que excluye los costos de alimentos y energía, se observa una caída del 0,1%, impulsada especialmente por una disminución en los precios de bienes. Este fenómeno sugiere que la reciente apreciación del peso chileno empieza a tener repercusiones significativas en la inflación general del país. A pesar de que el Banco Central normalmente considera que el índice de precios sin volátiles debería haber aumentado en este mes, no hubo movimientos en este indicador, lo que resalta una anomalía en el comportamiento esperado de la economía.

A medida que se analizan más a fondo estos datos, se pueden observar signos de moderación en el precio de los servicios, un cambio que podría tener implicaciones positivas para la estabilidad económica. La bajada de la inflación anual, que pasó del 8,7% al 7,6%, es un signo alentador, dado que se han logrado reducir las cifras a casi la mitad desde el pico alcanzado del 14,1% en agosto del año pasado. Este avance es clave para la recuperación económica, ya que una inflación más baja puede facilitar la planificación y el gasto tanto por parte de los consumidores como de las empresas.

El impacto de la inflación sin volátiles, que también ha mostrado un progreso, ha sido más lento, cayendo del 9,9% al 9,1% en términos anuales. A pesar de este avance moderado, la expectativa es que la tendencia a la baja continúe. Los datos recientes indican que tanto la inflación general como la subyacente han sorprendido incluso al Banco Central, lo que se refleja en sus proyecciones del Informe de Política Monetaria (IPOM) más reciente. Esto plantea un entorno favorable para considerar un ajuste en las tasas de interés.

Con un contexto de progresos tangibles en el control de la inflación y cifras económicas relativamente débiles, se anticipa que un recorte de tasas por parte del Banco Central sea prácticamente seguro en el corto plazo. Se especula que este recorte podría ser alrededor del 0,75%, lo que indicaría una respuesta ágil y decisiva de la autoridad monetaria frente a la evolución positiva de la inflación y las condiciones del mercado. Este enfoque podría acelerar la recuperación económica, ofreciendo un alivio necesario a los consumidores y las empresas en un periodo de incertidumbre.

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