Desde chicos hemos escuchado acerca de los beneficios de los vegetales y el porqué debemos ingerirlos.
Son buenos para la salud, altos en vitaminas y nutrientes, hacen bien al organismo, proporcionan energía y un sinfín de características positivas.
La verdad, es que nunca pensamos que podrían ser útiles también para la construcción de edificios ecológicos y fuertes.
Aunque suena un poco loco, esta teoría se basa en una investigación realizada por la Universidad de Lancaster en el Reino Unido.
Resulta que la zanahoria podría ser un vegetal clave para la elaboración de un hormigón más resistente y ecológico.
¿Por qué usarían zanahoria en construcción?
Este descubrimiento se generó gracias a la constante búsqueda de alternativas más amigables con el medio ambiente en la industria de la construcción.
Los ingenieros encargados estaban trabajando en encontrar mezclas de hormigón con diferentes ingredientes con el propósito de encontrar opciones mucho más ecológicas pero que mantuvieran su efectividad (e incluso mejor).
Así comenzaron la elaboración añadiendo a la mezcla “nanoplaquetas” que eran extraídas de las fibras de las hortalizas con raíz.
Creyendo fielmente en esta teoría y en que existen alternativas sustentables para la construcción de edificaciones, la Unión Europea está encargada del financiamiento de este trabajo dentro del proyecto European Union’s Horizon 2020.
Algunas pruebas
Las primeras pruebas realizadas por los especialistas demuestran que las mezclas de hormigón que contienen “nanoplaquetas” de remolacha azucarera o zanahoria son de mejor calidad.
Esto debido a que dichos elementos mejoran de manera significativa las propiedades mecánicas del hormigón.
Además de ser una propuesta con un enfoque muy sustentable, también es bastante provechosa para el mercado.
Los especialistas también pudieron probar que los hormigones elaborados con estos compuestos vegetales superan a todos los aditivos de cementos, como son el caso del grafeno o los nanotubos.
Esto sin mencionar el bajo coste que de este tipo de hormigón que al estar hecho con desechos de la industria alimentaria sería mucho más económico.
Las “nanoplaquetas” que se extraen de los vegetales con raíz trabajan para aumentar la cantidad de silicato cálcico hidratado, sustancia encargada de controlar el desempeño del hormigón y que lo hace capaz de evitar la aparición de grietas o fisuras.
Esto a su vez, significa que los compuestos son superiores al de los productos convencionales de cemento, si consideramos las propiedades mecánicas y de microestructura.
¿Qué se podría lograr?
Por si fuera poco, con esta medida se utilizan cantidades más pequeñas de cemento, lo que reduce de manera significativa el consumo de energía y las emisiones de CO2 generadas por la fabricación de cemento.
Así como esta, existen muchas propuestas ecológicas en la industria de la construcción que se basan en ingredientes o productos naturales para la elaboración de insumos.
De esta forma nacen las llamadas “viviendas biológicas” que en la mayoría de los casos están construidas con componentes de restos de productos agrícolas o naturales.
Entre ellos resaltamos algunos como: la paja, tallos de plantas, hierba en general, almidón y otros.
Esto demuestra como la industria de la construcción sigue preocupándose y trabajando por el cuidado medioambiental dentro de su labor.